viernes, 5 de octubre de 2007

El boxeador golpéa, esquiva, y vuelve a posicion de ataque. Responde a estímulos; es una situación de vértigo. No hay cabida para el pensamiento, no hay espera; son multiples actos que se desencadenan vertiginosamente, el uno contra el otro, es una danza, una danza terrible. El objetivo es simple, 36 minutos, debes acabar con tu semejante, cuando acabes, esa danza habrá concluido, es un ritual, un ritual místico totalmente primitivo; la celebracion de la guerra, del odio, es magnífico, es la competencia por excelencia, en su estado mas primitvo.
No es canibalismo, es guerra.

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