jueves, 15 de abril de 2010

De nuca al suelo

Eric Morales estaba ubicado atrás del mostrador. Tenía 38 años y el rostro ya redondo.
Era un día frío; entró un muchacho al negocio y compró medio kilo de carne molida. Eric se la entregó y recibió el dinero. Se agachó a buscar el cambio.
Los pensamientos entran en una persona de forma inesperada y espontánea. El había tenido una pelea de campeonato. Empeñó su vida para esa chance, días y noches en el gimnasio. Durante la pelea se había encargado de castigar a su rival sin parar. Le había acometido una buena combinación y se encontraba a punto de noquearlo. Amagó con izquierda, titubeó y en ese momento le vino a la mente el rostro de su padre atendiendo la carnicería cuando él era niño, pasó un segundo y recibió un terrible gancho al mentón. Cayó desplomado, de nuca contra el suelo. Sufrió una contusión cerebral y nunca más volvió a pelear. Encontró las monedas justas y se las entregó al muchacho. Por el rostro de Eric no pasaba nada, miró el día frío a través de la ventana, agacho la cabeza y se puso a acomodar los restos de carne molida que habían quedado en el mostrador.

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